Que el poder del viento no te frene. Que la densidad de la niebla te deje respirar.
Intenta salir de la jaula que te atrapa, o vuela, si quieres en libertad, hacia el barrote más brillante, el verdadero depredador de deseos, la verdad del sueño.
Vuela hacia él con todas tus fuerzas y rompe tu cabeza si es necesario perecer.
Tienes ante ti un mundo tierno de muerte y fracasos que te espera.
Ya sabes cuánto me gusta contarte cuentos.
HISTORIA DE LA SEMILLA (Leyendas) Érase una vez, una semilla que volaba con ser, un majestuoso castaño.
Veía a muchas vecinas intentando cumplir su vuelo, que caían sobre una piedra, que las fieras se fueron comiendo.
Veía a muchas amigas morir en su minúsculo intento, cayendo en las raíces de su padre-árbol, cascadas, digeridas o en excrementos.
Y ella tenía miedo.
¿Qué te pasa, pequeña? - Tengo
miedo, Alberto. ¿De qué, de quién? - De
él, de mi vuelo. ¿No te das cuenta? Eres tus sueños - Mejor
triste que muerta. No es tristeza, me temo. - ¿Qué
es, pequeño poeta? Es vacío, es silencio.
Y voló. Y murió.
Murió la pequeña semilla. Nació un pequeño castaño. Cerca estaban muchas vecinas, ahora pequeños padre-árbol.
EPÍLOGO Los sueños sueños no son, son menos. Son aquellos reflejos del Sol que ves cuando te miras al espejo.
Amor, vuela, sueña, sé libre, porque sólo en libertad, eres tú.
ya se está haciendo
tarde.
Déjame contarte una historia
antes de que se enfríe el día...
Como el anochecer,
se tiñen granates
las fronteras de la deseo-noche,
mientras, elegante,
empieza a aparecer
la solitaria ausencia de colores.
El Sol se aleja indiferente
cansado de calentar,
y el cielo sangra de amor,
porque le quiere.
Después resucita el corazón-Luna
de su fallecimiento de amor luminoso
y muestra en su estructura
cráteres dolorosos.
Las nubes se despistan y se pierden
para que las extravagantes compañeras
de la Luna creciente
la iluminen y desaparezca
su sombra negra.
Algunas bailan
y otras fabrican formas geométricas
y juegan y sueñan y cantan.
La Luna las ve graciosas y bellas,
brillando con mucha fuerza,
mientras crece la esperanza
de morirse en una de ellas;
y ellas, las luces traviesas,
ríen y se esconden
en los más hermosos rincones.
Y el Corazón de la Tierra
termina por desaparecer,
por encontrar un nuevo volcán,
un astro solar,
una nueva estrella,
muriendo en un nuevo amanecer.
Estrella mía,
ésta es la historia de mi satélite favorito.
Sí, lucecita lejana,
ésta es la historia de un corazón renacido,
de la noche y el día.
El arte para el arte, el arte para el hombre.
En nuestro caso será el arte para vosotros y nosotros.
Somos Alicia y Alberto, y éste es nuestro blog de fotografía y poesía en el que intentaremos transmitiros, lo mejor que podamos, nuestra visión del mundo.
Esperamos que os guste.