miércoles, 12 de diciembre de 2012

Respira





El horizonte que abriste
ante mis ojos ciegos
es hermoso,
pero no hallo respuestas.

La Luna que se ve
no es la verdadera,
y da miedo
la luz de las estrellas.

La congoja estrecha
que me recorre la garganta
me pide que te rehúya,
que lo abandone todo.
Tiemblo de vértigo
al asomarme a la ventana
y cuando el mundo es tan amplio
es fácil ser vulnerable.


Es ridículo,
pero te necesito.
Te necesito tanto
que no sé ni cómo decirlo.

Siempre saco fuerzas
de algún lugar de mi rostro,
y sobrevivo un poco.

Soy noble
y respiro,
soy hábil
y camino,
y seguiré viajando
a todos tus rincones
sin que me acompañes,
pero al menos
dame el aliento,
y bendice mi aire
con tu sueño.

Empújame, por favor,
empújame al abismo,
y sé tú la que responda
el acertijo.


viernes, 30 de noviembre de 2012

Residuo


“If the doors of perception were cleansed
everything would appear to man as it is,
infinite”.
WILLIAM BLAKE
El residuo crítico y filosófico
de lo extraordinario
es lo único que me queda.

 

No es ningún secreto
que no sé cómo ser solo,
sólo sé cómo estarlo.

Se fueron tus rasgos,
tu sonido,
las metáforas,
se fue tu poema,
tu arte,
los sentimientos
y algún día se irán los recuerdos
y los olvidos.

El eterno círculo
el poliedro infinito
vestido de curvas
vuelve a abrir su trayectoria
erróneamente
y a cerrarla
para dejarme ver un segundo
el único anhelo que he tenido.

La única vez que no he estado solo.

Me niego a que te vayas,
me niego a que te vayas
porque el amor,
el instinto que me hace ser hombre
me dice que sin buscarte
no existo más que en mi espejo
y soy solo.



Vete,
pero seguiré tus huellas
quedándome crítica, filosófica, residualmente
contigo.

jueves, 27 de septiembre de 2012

Aquellos exploradores


Buscándose, buscándonos
M. BENEDETTI


1. LA BÚSQUEDA
El algún día frío de Noviembre,
aquel hombre transparente buscaba
algún indicio de la existencia
del lugar donde él se encontraba.

Iban deslizándose una sobre otra
las nubes vacías pero despiadadas.
Hacían despacio el amor juguetonas
 y caía su lluvia fría y templada.

Un perro rabioso perseguía a su cola,
y el caballero huía de su espada.
El futuro perseguía a su sombra
y el poeta huía de su amada.

Seguía lloviendo y aquellos árboles
que, desabrigados, también cantaban,
como el mendigo cuando enseña la mano,
iban tiñéndose de angustia y de calma.

Seguía lloviendo y aquellos zapatos
del revés para encontrar caminaban.
Iban buscando aquella respuesta
al porqué de su marcha forzada.

Pero sólo encontraban sombras, reflejos
de ayer o de un incierto mañana.
Aquel pasado te buscaba en el futuro.
Aquella muerte en la vida te esperaba.


2. EL MAPA DEL TESORO
Aquellos exploradores prosiguieron,
aunque siguiese lloviendo y no viesen nada.
Aquel yo se encaminaba hacia el tú,
y aquel tú se encaminaba hacia el yo,
o eso pensaba.

Esa vez no se encontraron,
Y entonces me perdiste,
y entonces te perdí.

Pero ahora, quiero creer que a veces
tú eres tú,
y yo soy yo,
y entonces dejamos de buscarnos
para tender un puente con las manos,
que ya no son transparentes,
y aquel tú y aquel yo se pierden
aunque por otros motivos,
ya que este nosotros nunca ha sido
un buen explorador.